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Articles by Mart De Haan

No soy yo

A Arturo Toscanini, uno de los directores de orquesta más reconocidos del siglo xx, se lo recuerda por su deseo de atribuir el reconocimiento a quien lo merece. En su libro Dictators of the Baton [Los dictadores de la batuta], David Ewen relata cómo los miembros de la Orquesta Filarmónica de Nueva York se pusieron de pie y aplaudieron a Toscanini cuando terminaron de ensayar la Novena Sinfonía de Beethoven. Cuando la ovación aminoró, Arturo, con lágrimas en los ojos, exclamó con voz quebrantada: «No soy yo… ¡es Beethoven! Toscanini no es nada».

El corazón de Cristo

Un periodista australiano que pasó 400 días en una cárcel egipcia expresó sentimientos encontrados cuando lo liberaron. A pesar de su alivio, estaba sumamente preocupado por los amigos que dejaba atrás. Era difícil despedirse de sus compañeros periodistas a quienes habían arrestado con él.

Raíces profundas

El árbol de secoya está entre los organismos más grandes y duraderos del mundo. Puede alcanzar más de 90 metros (300 pies) de altura, pesar más de una tonelada y vivir 3.000 años. Sin embargo, la majestuosa secoya debe en gran parte su tamaño y longevidad a lo que hay debajo de la superficie. Un conjunto de raíces de varios metros de profundidad, que se extienden hacia los costados, sostienen su impresionante altura y peso.

Una razón para sonreír

En el trabajo, las palabras de ánimo son importantes. La manera en que los empleados se hablan afecta la satisfacción del cliente, las ganancias de la empresa y el aprecio entre colegas. Según estudios, en los grupos laborales más eficaces, sus miembros intercambian seis veces más afirmación que desaprobación, desacuerdo o sarcasmo. Los equipos menos productivos suelen usar al menos tres comentarios negativos por cada palabra amable.

Solo en el espacio

Al Worden, astronauta del Apolo 15, sabía lo que era estar en la luna. Durante tres días, en 1971, voló solo en su módulo de comando, el Endeavor, mientras dos compañeros trabajaban a miles de kilómetros, en la superficie de la luna. Su única compañía eran las estrellas, que lo envolvían con su luz.

Alguien a quién tocar

Los pasajeros de un tren subterráneo presenciaron una emocionante conclusión a un momento de tensión. Con dulzura, una mujer de 70 años le ofreció la mano a un joven cuya voz fuerte y palabras perturbadoras estaban asustando a los demás pasajeros. La bondad de la mujer calmó al hombre, quien se arrodilló en el tren, conmovido. Le dijo: «Gracias, abuela», se levantó y se fue. Más adelante, la mujer admitió que tuvo miedo. Pero afirmó: «Yo soy madre, y él necesitaba alguien a quién tocar». Aunque el sentido común le habría indicado que mantuviera distancia, ella se arriesgó por amor.

Oriente y Occidente se encuentran

Cuando unos alumnos del sudeste de Asia conocieron a un maestro norteamericano, este aprendió una lección. Después de tomarle a la clase un examen de elección múltiple, se sorprendió al ver que no habían contestado muchas preguntas. Mientras les devolvía las hojas corregidas, sugirió que, la próxima vez, en lugar de dejar el espacio en blanco, eligieran una respuesta al azar. Sorprendido, uno de los alumnos levantó la mano y preguntó: «¿Y si, por casualidad, elijo la respuesta correcta? Implicaría que la sé, pero no es cierto». El alumno y el maestro tenían perspectivas y prácticas diferentes.

Entrevista sorpresiva

Una mañana, temprano, un pasajero empujó e insultó a otro que se le cruzó mientras viajaban en un tren repleto de gente en Londres. Fue esa clase de situaciones desafortunadas y sin sentido que no se resuelven. Pero, al rato, sucedió algo inesperado. El gerente de una empresa envió un breve mensaje a sus amigos en una red social: «¿Adivinen quién apareció para una entrevista de trabajo?». Su explicación hizo que gente en todo el mundo se sonriera. ¿Te imaginas ir a una entrevista de trabajo y descubrir que la persona que te recibe es la que poco antes habías insultado?

Extranjeros

Un joven refugiado africano, llamado Esteban, es un hombre sin nación. Cree que nació en Mozambique o en Zimbabue, pero nunca conoció a su padre, y su madre murió. Sin identificación e incapaz de demostrar dónde había nacido, Esteban entró en una estación de policía británica y pidió que lo arrestaran. La cárcel le parecía mejor que vagar por las calles, sin derechos ni beneficios ciudadanos.

Anillo de invisibilidad

El filósofo griego Platón (aprox. 427-348 a.C.) encontró una manera creativa de revelar el lado oscuro del corazón humano. Relató la historia de un pastor que, inocentemente, descubrió un anillo de oro que habían escondido en lo profundo de la tierra. Un día, un gran terremoto abrió una antigua tumba en la ladera de un monte y dejó el anillo a la vista del pastor. Accidentalmente, también descubrió que aquel anillo tenía la capacidad mágica de hacer que el portador se volviera invisible cuando quisiera. Pensando en la invisibilidad, Platón formuló esta pregunta: Si las personas no tuvieran que preocuparse de ser atrapadas y castigadas, ¿resistirían la tentación de hacer lo malo?